El Estado, «La Sociedad», impone el «Estado de Alarma«, nos llama a la guerra, al desconfiar, al retroceder, al limitarse, al disgregarse,…a mirar solo por uno y temer a lo otro.
Estado de Alarma: miedo, miedo, un estado de precipitación, de tomas de decisiones bajo la presión del temor a lo peor, lidiando contra un enemigo invisible, y por ello todavía más poderoso.
Noticieros alarmantes, estadísticas desmesuradas, desequilibrio, visión parcial,…y tantas y tantas locuras. Entre tantas locuras ni siquiera se permite una respiración que te intente desconectar de esa locura y te calme para devolverte al eje. De impedirlo bien se encargan las «mascarillas«. Y todo ello por un supuesto «bien común» futuro que prohíbe en el presente los derechos legítimos de los Seres Humanos de la Ley Natural.
El estado de alarma, de sitio, encerrados cada vez más en las normas antinaturales que nos aprisionan la vida. Estado irracional que nos desconecta y nos convierten en seguidores de órdenes, soldados despiadados «por nuestro bien», vigilantes y acusadores de familiares, amigos y vecinos para que no se atrevan a llevar una vida saludable, natural y con sentido, fuera de las «leyes» impuestas del hombre. Un estado de alarma que intuimos pretende convertirse en permanente.
Mientras confiemos en este estado alterado, será imposible percatarse de la verdad, porque estaremos en una posición que nos hará rechazar cualquier opción que no sea la establecida aunque esta opción provenga de nosotros mismo, incluso de nuestro sentir más profundo. Seremos incapaces de discernir lo racional que hay en todo lo que está sucediendo.
La importancia del «Estado de Serenidad«
Solo cuando nos propongamos respirar profundamente, hacer oídos sordos a los catastrofismos que nos inoculan en forma de noticieros, cuando cerremos los ojos hacia la mirada interior a conectar con el alma sabia y natural, y volvamos a tomar conciencia de nuestro Ser y de nuestra responsabilidad con él y para el mundo, como agentes creadores de vida, volveremos a retomar la serenidad necesaria para afrontar la situación caótica y perversa que nos rodea.
Con el Estado de Serenidad, volveremos a ser capaces de relacionar nuestra situación con el entorno, de percibir la incongruencias que nos rodean, detectar las mentiras y hacer aflorar de nuevo la verdad natural y divina subyacente. Entonces, solo entonces, retomaremos el poder de resurgir el coraje, que no es otra cosa que ser firmes en nuestro propósito de coherencia vital (autosoberanía) y empezaremos a tener la oportunidad de escoger de nuevo, con discernimiento, con la alegría de estar de nuevo presentes, a pesar de las vicisitudes de este mundo loco y enfermo. Porque cuando conectamos con la vida, cuando respiramos nuestra esencia, no importa que es lo que estemos viviendo porque estaremos VIVIENDO, realizándonos al ser libres de elegir y haciéndolo de acuerdo al Sentir.
Obtener una mejor visión de lo que ocurre
Podremos tener una mejor visión y compresión de cuanto nos rodea, y también podremos empezar a tejer las soluciones y fabricar nuestras vivencias, con espíritu, y empezar a conformar una comunidad concienciada, activa y vital con la energía suficiente para empezar a fraguar una parte del mundo con sentido. Incluso podrás atreverte a ver las cosas del revés, y puede que te sorprendas que muchas cosas cobran sentido cuando ves su opción contrapuesta (la otra cara de la moneda) que muchas veces quedan perseguidas, censuradas y ocultadas por la versión «oficial», y con especial violencia en los tiempos actuales como podemos comprobar.
¿Por qué no propone el Estado, «La Sociedad» un Estado de Serenidad, aunque sea por un momento?¿No sería una acción sabia?¿O seguimos creyendo que no hay cabida para la serenidad?
Volver a visualizar, a Sentir, a crear, desde la calma, sin desesperarnos por las circunstancias del entorno o porque algunos de los que nos acompañaban en nuestro día a día no sientan la verdad y sigan siguiendo y obedeciendo órdenes sin sentido, contagiados por la peste de los seguidores de órdenes, la verdadera masa negra del contagio letal actual del mundo.
Ante el Estado de Alarma exterior impuesto, busca tu Estado de Serenidad interior. Ahí residen la claridad, la fuerza de conexión con el Sentir sabio de nuestro Ser y serás capaz de vislumbrar, ya no solo la salida de esta situación angustiosa, sino el rumbo que afiance tu camino.
Obtener el Estado de Serenidad Interior depende de ti, forma parte de tu autosoberanía, de tu capacidad y habilidad de ejercer tu autocontrol.
Si sientes la necesidad de recuperar tu Estado de Serenidad interior, tienes la opción de venir a nuestros retiros asistenciales «Revisa tu Rumbo desde el Sentir» en el Refugi dels Estels, Montsec – Terra Xamànica
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