El «pueblo elegido por dios» o el «Pueblo que elige a Dios». Estas dos frases que a priori son parecidas, esconden matices esenciales. Diferencias importantísimas. El calor, el sabor, el sentido de la Vida. El verdadero enfoque de la Vida.
Sería muy fácil distinguir a las personas según se decanten o entiendan la primera frase o bien la segunda.
En toda la enseñanza de historia de las religiones normalmente se presenta al profeta de cada religión como el «elegido por dios» y por ende, como «al pueblo elegido por dios«, como si ellos, por ser nacidos en x lugar o en x circunstancias (p.e. linaje familiar) tuviesen algo especial que les hiciese ser mejores a los ojos de Dios. Soberbia, orgullo, casta, racismo,… un sin fin interminable de atributos conectados con el concepto de separación (y con lo que ello implica: lucha, conflicto, disputa,…), con el derecho (más bien privilegios) de unos pocos y con el poder de imponer sobre los demás.
Hombres y Mujeres Libres: El Pueblo que elige a Dios
¡Qué diferente sentirse dentro del Pueblo que elige a Dios! Un Pueblo Universal, sin fronteras, en donde el libre albedrio existe y se utiliza a consciencia. Dios está ahí para todos. Pero solo el ser humano conscientemente elige seguir el camino de Dios, de respeto de la creación, de la vida y de las Leyes Natural. De esta manera, cada ser conectado con la esencia de la vida, de la creación, libre de cualquier religión forma parte del Pueblo de Dios, siendo soberano consciente en sus acciones para crear vida armoniosa con chispa divina.
Sin embargo hay tanta gente en manos de «dios» o «dioses» en minúsculas. El «dios» dinero, el «dios» estado, el «dios» ego,… Con el culto a estos dioses volvemos al sometimiento, a la no armonía, al «todo vale»: todo se puede comprar, se pueda decretar lo anti-natural, el «yo solo miro por mi»,…
Aunque no hace falta creer en Dios para crear un mundo de paz y armonía (solo hace falta sentirlo), devolvamos a Dios la magnitud de su significado en Esencia (El Gran Espíritu, la Inteligencia Universal, El gran arquitecto, el Todo,… como lo quieras llamar) para que los falsos dioses no ofusquen la Verdad de la Creación. Sintamos a Dios en nosotros, esa energía pura que nos da maravillosamente la Vida.
No caigas en la trampa de seguir las modas, buscarte nuevos «dioses» y nuevas «diosas», …
Parece que no queda bien hablar de Dios, que no esté bien visto. Sin embargo el Pueblo de Dios es el Pueblo formado por los Hombres y Mujeres Libres que aceptan su responsabilidad de vivir en plenitud y armonía junto a sus compañeros y Todo lo que conforma el planeta Tierra.
Un Dios en mayúsculas, no elige quien sí o quien no. Nosotros mismos debemos hacer la elección de vida, con que actitud conformas el mundo, con que paradigma afrontas la vida: ¿Cómo ves al mundo: determinista, aleatorio, responsable, …?¿Sigues al que te dirige o te mueves con tu corazón voluntario?
¿Esperas que te elijan o elijarás tú?
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