En el mundo actual, en el mundo de la picaresca, en el mundo del «todo vale», está instaurada la creencia generalizada de que la honestidad no es una buena compañera para «ser exitoso», desde el punto de vista convencional, sobre todo en los negocios, en el mundo laboral,…
Mucha gente asocia que no puedes comportarte y expresarte con coherencia ni sinceridad para conseguir buenas oportunidades, progresar en el mundo de los negocios y poder enriquecerte. Se da por sentado de que el que triunfa, es porque, generalmente, carece de esta cualidad.
Yo mismo he comprobado, en muchas ocasiones, como me decían «eres demasiado honesto para llegar a lo alto».
Pudiera parecer que al ser honesto, perdieras. Perdieras a ciertas personas, que se te van a caer por el camino. Perdieras oportunidades de enriquecerte, subiéndote a algo que en principio no va contigo.
Perder, perder,… ¿es escasez?
Pero…¿Sale caro ser honesto?
Eso podría pensarse. Sin embargo, es más bien todo lo contrario.
Sale caro sabotearte, venderte, engañarte. Ya sea por dinero, ya sea por compañía, ya sea por el motivo que sea, si no va con tu naturaleza, con tu Sentir.
¿Por qué? Porque lo va a pagar, tiempo al tiempo, tu propia naturaleza, tu salud física, mental, anímica.La traición a uno mismo es la peor traición del mundo.
Si no eres honesto contigo y con la Vida es cuando vas a perder realmente las oportunidades de ser quien eres, quien quieres mostrar a la Vida y al mundo. Pero ser honesto, a veces, te enfrenta al mundo, te pone en situaciones que estás en el punto de mira: porque te rebelas, porque no te pones la máscara, porque te muestras como eres,… y quizás tu interlocutor no entienda de verdades y finalmente, sea imposible caminar juntos, o más bien, «a su aire» y deberá seguir su camino porque es el suyo y no el tuyo.
Si quitas de en medio todas las oportunidades que no van honestamente contigo, tendrás opción de crear las que sí te son afines. Poder decidir, ahí radica el verdadero lujo en estos días, en que la mayoría se venden por unos chavos.
Si eres honesto, y no aceptas hacer algo, aunque sea un negocio rentable o «un chollo», porque va en contra de la manera que ves la vida, no pierdes oportunidad de enriquecerte, sino que has ganado una ocasión de empoderarte, porque estás cogiendo el timón de tu vida, y eso, no tiene precio.
¿Eres honesto?¿En tu día a día?¿Contigo mismo?¿Con tu pareja?¿Con tu familia?¿En el trabajo?¿En los negocios?
Cuando dejas de ser honesto ¿Por qué lo haces?¿No confías en ti?¿No confías en la Vida?
Nota: Por ser honesto, nunca pierdes, sino que te liberas.
Para encontrar tu verdadera oportunidad, en muchas ocasiones tienes que cortar con oportunidades, por muy «beneficiosas» que puedan parecer pero que no van contigo.
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