Cuando te liberas del miedo a tu propia muerte automáticamente empiezas a disfrutar y valorar más tu propia vida.
La muerte es todavía un tema tabú en nuestra sociedad, al menos en la sociedad en que yo me desenvuelvo. La tenemos presente por doquier (noticias, películas,…) y la tenemos casi «normalizada», como algo habitual que sale en la televisión, incluso puede resultar algo ajena a nosotros en algunos momentos de nuestra vida. Pero es obvio que no tratamos el tema de una forma sana y natural.
Está claro que tenemos miedo a la muerte porque queremos evitarla a toda costa. Buscamos o nos gustaría tener en muchas ocasiones la eternidad (cuando quizás la eternidad puede ser aburridísima). Intentamos prolongar al máximo nuestra esperanza de vida, sin ocuparnos verdaderamente en VIVIR.
Y es lícito y necesario tener miedo real a la muerte ante una situación que que pone en riesgo nuestra supervivencia, ya que ha de prevalecer la vida ante todo y hemos de apostar siempre por ella. Al menos, mientras nuestra vida tenga algo de sentido para nosotros.
El miedo proyectado a la muerte
Pero al miedo que me refiero es el miedo proyectado, a lo que pueda pasar en un futuro, respecto a la muerte. Miedo proyectado «no real», que surge principalmente de nuestras creencias y que nos puede generar toda una serie de sensaciones negativas para nosotros: miedo a la incertidumbre, inseguridad,….
Ese miedo que permanece latente, ahí escondido en nuestra profundidad, en nuestro día a día y que nos frena en muchas ocasiones a disfrutar las oportunidades que se cruzan en nuestro camino.
Podríamos considerar el miedo a la muerte como el miedo de los miedos, el miedo generador de muchos otros miedos que aparecen en nuestro comportamiento diario.
En este artículo voy a hablar de mi experiencia sobre el miedo a la muerte, sin intentar generalizar, ya que se basa en mi proceso de toma de conciencia sobre este tema. A pesar de ser una visión particular, considero que puede servir de ayuda a algunas personas que le resuenen mis palabras.
Yo tenía mucho miedo a la muerte. Sobre todo a lo que podría haber después de la muerte. Me generaba mucho agobio, cuando por cualquier circunstancia, me ponía a pensar sobre ello detenidamente.
No tuve una educación respeto a este tema, más bien todo lo contrario, se intentaba obviar, o evitar hablar de ello continuamente (mi padre murió cuando yo tenía 6 años).
Sobre mí, había una espada que me decía constantemente que me iba a morir en cualquier momento, con cualquier cosa que hiciera o intentara. Aún así, fui valiente e hice caso omiso a esa espada y al propio miedo que tenía, y emprendí numerosas aventuras. Aventuras que surgían con fuerza desde mi SENTIR más profundo y que ahora recuerdo como los momentos más felices y plenos de mi vida (montañismo, deportes varios, excursiones intrépidas, aficiones variopintas,…).
«Tener miedo no es de cobardes; Es de cobardes no hacer caso a tu SENTIR por tener miedo»
Los dogmas
Lo que aprendí o capté sobre la muerte era el remanente de nuestra cultura occidental sobre la visión de la muerte que nos ofrece principalmente la religión católica: «Hay que ganarse el cielo», «Ganarse el cielo siguiendo las doctrinas», «Dios espera muchas cosas de ti, muchos sacrificios», «Con poco que peques, te irás al infierno»,…
Aunque no les veía sentido, o al menos no las SENTÍA, o veía que no encajaban conmigo, las adopté como válidas… ¿Cómo voy a desconfiar de los adultos si son los que saben de la vida? Y menos de la religión, que tiene como fin ayudar a que seamos felices…me decía de forma inocente. Esas creencias, al menos a mí, me producían confusión y sobre todo mucho miedo.
Y no estoy en especialmente en contra de ninguna religión, si es verdaderamente de ayuda a aquellas personas que la siguen y practican y les facilita vivir acorde a su SENTIR más profundo.
Pero,… ¿de dónde salían esas «verdades»?
¿Y tus verdades?
Y ahora te pregunto: ¿Cuales son tus Verdades respecto a la muerte?¿Cómo te hacen SENTIR?.¿Tienen SENTIDO para ti?¿Te dan paz y equilibrio en tu VIDA?¿Te permiten avanzar a lo que quieres convertirte?
Hablo de religión católica porque es la religión sobre la que me educaron en mi infancia, pero puede ser otra religión cualquiera. Incluso para los que son Agnósticos o Ateos,…Lo que crees sobre la muerte, lo que hay después de la muerte para ti ¿Cómo te hace sentir?¿Cómo te influye en tu vida?…
Evidentemente, si las verdades de tu religión o lo que sea, te hacen vivir con DICHA, en paz y equilibrio y la muerte para ti no te genera ningún miedo, y te permiten progresar en tu camino con sentido ¡adelante! y ¡felicidades! Muy posiblemente sean las verdades adecuadas para ti en este preciso momento.
Un mundo de falacias de terceros
Ahora bien, si observamos un poco, estamos acostumbrados a convivir con falacias, «verdades» que se dan por verdad, que no tienen ninguna demostración, pero en el fondo nos hacen daño. Si no fuera así, no nos quejaríamos tanto de vivir en un mundo sin sentido ¿No crees?. Falacias que adoptamos por decreto, por dogma, por querer ser aceptados, que no cuestionamos en ningún momento, que acatamos (vivimos en un planeta de jefes). Toda verdad externa debería procesarse y validarse con nuestro SENTIR.
Yo parto de la base que cada cual puede elegir, en cada momento, las verdades (creencias) que le ayuden a desarrollarse a la mejor versión de si mismo. Las que en un pasaje de tu vida tienen sentido, y te ayudan a vivir en paz y equilibrio, con alegría de vivir, y aportan a tu progreso, a tu prosperidad.
Por lo tanto, ¡elige bien tus verdades! ¡Ahí radica gran parte de tu Libertad!, de tu libre albedrío.
Elige tu verdad, es tu libertad, es sanador
En el caso de la muerte es igual. En mi caso, detecté que la visión que tenía de la muerte (y por ende de la propia vida) no me hacía bien. Empecé a investigar otras visiones, otras perspectivas,…hasta que «voilà», encontré mi propia verdad, un compendio de verdades seleccionadas de diferentes fuentes y de mi mismo, que hizo que desapareciera por completo el miedo a la muerte que tenía.
De pronto, hizo un «creck» en mi mente y se instauró una sensación de paz profunda al respecto.
Y puedo hablar con conocimiento de causa, ya que he vivido la muerte literalmente (no como experiencia extracorporea) pero si saber que tenia muchas posibilidades de morir ante un incidente vascular muy grave que tuve (y de hecho clínicamente estuve muerto durante un tiempo), pero en cambio afronté el acontecimiento con una paz y alegría de vivir (vaya paradoja) que hasta yo mismo me sorprendía… Estoy convencido, así lo siento, que el no tener miedo a la muerte permitió generar ese estado de gracia que facilitó que pudiera superar el «dramático» trance con éxito, a pesar de las pocas posibilidades que habían.
El miedo nos desconecta de nuestro eje, de nuestra paz interior, de nuestra DICHA, de nuestro propio poder regenerador y sanador.
Cuando eliminé mi miedo a morir, y lo más importante para mí en aquel momento, a lo que me pasaría después de la muerte, automáticamente desaparecieron en cascada muchos miedos derivados o asociados.
Fue una gran liberación, desapareció un gran peso, una gran mochila en mi vida.
Valorar VIVIR
Cuando te liberas del miedo a tu propia muerte automáticamente empiezas a disfrutar y valorar más tu propia vida. En mi caso me di cuenta (así lo SENTÍ) que no es otra cosa que parte del camino. Todo se relativiza, porque si bien esto ya no es único (una sola vida), es lo que tienes ahora. Si te quitas la angustia a perderlo, de rebote, empiezas a vivirlo.
No voy comentar en esta oportunidad sobre mi visión de la vida y la muerte, la que me liberó a mí de ese miedo que me ofuscaba y condicionaba de manera significativa mi vida, inconscientemente. Si quieres saberlo, puedes preguntarme,…o posiblemente ya lo escribiré más adelante (una parte esencial de ello ya está descrito en «El Poder del SENTIR en tu día a día«). Pero sí te propongo, si estás todavía leyendo estas lineas, que hagas una revisión SINCERA sobre este tema tan trascendental.
Atreverse a revisar la propia verdad sobre la muerte, para VIVIR todavía con más alegría
- ¿Que sensaciones te genera pensar en tu muerte?¿Y en lo que hay después de tu muerte?
- ¿Y sí no existiera la muerte?
- ¿Hablas abiertamente de este tema?¿Que sientes cuando hablas sobre ello?¿Lo evades?
- ¿Cuándo fue la ultima vez que hablaste sobre ello?¿Cual fue tu postura?
- ¿Que creencias concretas tienes sobre este tema?¿De dónde proceden (religión, cultura, familia, propias,…)?¿Tienen SENTIDO para TI?¿Te ayudan a VIVIR con plenitud, paz y equilibrio?¿En tu día a día?
Si detectas que tienes algún miedo a la muerte: ¿Qué otros miedos tienes que pueden derivar de este?¿Cómo te condicionan en tu vida?¿Cómo te comportarías de diferente si no existieran?¿Tienen SENTIDO para ti?
Te recomiendo encarecidamente que encuentres tu verdad sobre la muerte, aquella que elimine cualquier vestigio de miedo sobre ella y te aporte paz y equilibrio en tu vida.Es altamente liberador y sanador. Nadie puede decirte que no sea verdad tu verdad.
¿SIENTES? ¿Qué vas a hacer al respecto?
Fdo: Franji Daerun
Puedes aprender más en nuestros talleres vivenciales, Webinarios, cursos on-line y/o en nuestros libros "El PODER del SENTIR en tu día a día", "El Viaje Chamánico, un pasadizo a tu SENTIR (Mundo Interior)"
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