Muchas veces no nos damos cuenta de que «lo mejor , en la mayoría de ocasiones, es enemigo de lo bueno«.
Yo mismo he tenido instaurada la creencia de conseguir lo mejor que me llevaba a la búsqueda constante «de más», por el mero hecho «de que más supuestamente debería ser mejor», cuando en muchas ocasiones ya era más que suficiente para cubrir la necesidad esencial que estaba buscando cubrir.
Dicha búsqueda desesperada por encontrar lo mejor me generaba una sensación de insatisfacción continua, de no estar completo, de estrés constante, de no poder parar ya que debía seguir en la búsqueda sin darme cuenta que estaba en un problema irresoluble, nunca podría encontrar lo mejor ya que siempre habría algo mejor que conseguir y en el fondo no avanzaba en la concreción de lo que pretendía.
La búsqueda cesó cuando la vida me hizo parar y me hizo ver que ya había conseguido más que suficiente para lo que yo necesitaba en mi interior, y empecé a SENTIR y comprender el poder de la suficiencia, y me embargó una sensación de paz, satisfacción, y completitud que nunca jamás había disfrutado.
Suficiente: Que existe o se da en la cantidad adecuada, sin sobrar, para lo que se necesita.
El poder, la magia de la suficiencia, es darse cuenta que cuando la conseguimos estamos triunfando, pues si conseguimos ese nivel significa que realmente hemos alcanzado nuestra meta, por lo menos una de nuestras metas intermedias en el camino de nuestro propósito de vida y se trata precisamente de eso, de avanzar.
A veces no apreciamos como se merece la suficiencia.
Con ello no estoy menospreciando la excelencia ni exaltando la mediocridad, sino que valoro hacer lo mejor posible de manera suficiente, de manera en que nos ayude a avanzar en el propio camino. Muchas veces nos enzarzamos en caminos de perfeccionismo que son auténticas excusas, auténticas trampas que nos impiden alcanzar la meta deseada. Ya sea por inseguridad, por miedo, por falta de convencimiento en el propio diseño vital nos quedamos en un bucle que nos impide, eso, avanzar.
Nunca es demasiado de nuestro agrado lo que fraguamos porque no es «lo supuestamente mejor» y como consecuencia nos encallamos y mucha veces no pasamos a la acción.
Es fundamental ser consciente de que la perfección en si misma no existe pues en el conjunto del TODO incluye también a la imperfección. Esta toma de conciencia nos hace dar valor a lo que diseñamos y hacemos. Nos hace conectarnos más en ello y ver el punto en que realmente es suficiente, es decir, conseguimos transmitir lo que queremos, alcanzamos de manera práctica y útil lo propuesto llegando al máximo de lo necesario para que esto sea así, conscientes de que seguramente se podría mejorar pero siendo más conscientes de que eso no es lo más importante, porque es más esencial el siguiente paso en el camino, un paso firme y suficiente (exitoso por ser capaz de conseguir la meta) que nos lleva a avanzar y se traduce en felicidad vital pues no hay nada que colme más y ANIME que VIVIR (Vivir es pasar a la acción y evolucionar).
No escatimemos pues el poder de la suficiencia, a veces decimos que «menos es más» y añadiría que suficiente es mejor, es óptimo y se enmarca en la humildad del juego de la vida, del flujo de la vida, ayudando precisamente a dicho flujo.
Si en tu vida nunca es suficiente seguramente algo falla y vives en la insatisfacción.
La suficiencia es agradecida y es plena, es el peldaño seguro y equilibrado que nos hace avanzar en el VIVIR, en nuestro día a día.
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