Partimos de la creencia de que escuchar las noticias es tener cultura, estar al día de lo que sucede en el mundo. Dedicamos tiempo a ello y en muchos casos, puesto que la mayoría de las noticias se centran en penurias y tragedias, nos causa fustración y nos provoca malestar e incluso sufrimiento.
Sin casi darnos cuenta, nos roba la vida, pues nos atrapa en un tema ajeno a nosotros.
Es como si viviéramos esa otra realidad muchas veces compartida con nuestros congéneres.
Las noticias atrapan a la sociedad, pero ¿no tendría más sentido en centrarme en los problemas, pequeños o grandes, de nuestra propia vida?
¿Nos beneficia en algo estar sufriendo por lo que sucede en el mundo?
Si solo vemos, sufrimos y «otorgamos» desde la distancia (nuestro sufrimiento, nuestro tiempo,…), no tiene demasiado sentido.
Si solo sirve para perdernos en una maraña de pensamientos negativos, si nos remueve rencor, odio, sufrimiento, no nos ayuda, ni ayuda nada al mundo.
¿Por qué te atrapas?
¿Has parado a pensar por qué te atrapas?: ¿Quizás creas «es de buena persona sufrir por los demás? ¿o su contrario «es de desalmados no sufrir por las desgracias de los demás»? o ¿Quizás creas que eres un salvador del mundo y debes preocuparte por los demás? o ¿Quizás creas ser una víctima y todo lo «malo» que ocurre en el mundo te puede ocurrir a ti?…
Otra cosa sería que decidiéramos actuar a relación de lo que ahora sabemos sobre algo o alguien. Si nos hace decidirnos a actuar, si algo cambia en nosotros, bienvenido sea esa nueva noticia que es un aliento en nuestra vida.
Mientras más liberados estemos de este tipo de agobio y sufrimiento generado por ese tipo de noticias, que es un bombardeo constante, más a fondo respiraremos y más en paz permaneceremos (y más en modo SENTIR estaremos), con lo cual estaremos más preparados para regalar al mundo una mejor frecuencia.
No perdamos el rumbo, enfoquémonos en nuestra vida, en nuestro entorno, en como compartimos la vida con los demás, en como aportamos desde lo cercano y una onda expansiva se extenderá para llevar al mundo nuestro SENTIR y nuestro mensaje.
La noticia de nuestra vida deberíamos ser nosotros mismos.
No nos olvidemos que somos los protagonistas de la película vital. No nos llenemos de vidas ajenas. No nos entretengamos y vivamos!.
La vida es sencilla aunque nuestro mundo pueda parecer gritarte lo contrario.
Nos complicamos la vida porque nos hacen ver un mundo complicado. La vida en esencia es simple, sencilla, fluida, bella,… es en su mayor parte alegría y dicha. No confundas el mundo actual con la vida.
Acumulamos cosas sin lograr alcanzar la paz. Corriendo a toda prisa sin tener momentos de serenidad, de sentir sin hacer, y pasando la vida en preocuparnos, en sufrir, en creer en lo que nos dicen, que el mundo es caos, un desastre, una locura.
Pero nosotros no tenemos las llaves del mundo, tenemos las llaves de nuestra vida.
Y sin embargo no nos dedicamos a vivirla, a hacer lo que tenemos que hacer y dejar que el resto siga su curso.
¿De dónde nace toda esta manera de ver la vida? Reflexiona, filtra, siente y decide. ¡Y entonces actúa!
Quizás lo primero que decidas y hagas, es apagar la tele.
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