Sanear para sanar

Oct 2023

Sanar sea posiblemente uno de los vocablos más utilizados, el objetivo por antonomasia. Buscamos la sanación, queremos sanar, pero realmente quizás no seamos conscientes de lo que sanar significa.

Estar sano es estar equilibrado, en todos los sentidos, tanto en lo físico, lo energético, lo mental, lo espiritual.

La enfermedad es la falta de este equilibrio.

No nos damos cuenta, no somos conscientes de lo que nos lleva a estar desequilibrados. Buscamos la sanación con varitas mágicas, pastillas que actúen de inmediato y rituales que alivien los síntomas para no sentir dolor, ni malestar y camuflar la evidencia de nuestra incorrecta manera de estar y de ser, nuestro error en la malas decisiones en nuestro actuar y en nuestro vivir.

Estar sano es un estado y para llegar a el debemos llevar a cabo pasos previos.

Quizás el paso más necesario e ineludible para sanar sea el de sanear.

Cuando saneamos, estamos empezando a sanar, a iniciar la vía de la corrección, a encauzar hacia el equilibrio.

Sanear es muy importante porque abarca dos aspectos esenciales: en primer lugar, para sanear debemos tomar conciencia y analizar como estamos, tanto lo interno como lo externos. Tomamos una foto del momento presente y hacemos un análisis profundo de la situación. Es un momento de reflexión, donde estudiamos el pasado, lo que nos ha llevado a donde estamos y visualizamos el futuro, el camino que realmente deseamos y debemos seguir. Es una toma de conciencia del bien y del mal. Reconocer lo bueno en nosotros, pero también lo malo, lo superfluo, lo dañino, lo que nos aleja de nuestra verdadera esencia, del verdadero Ser.

No se trata de simplemente de hacer limpieza al «tún tún», lo importante es tomar conciencia de lo bueno y de lo malo.

Esa toma de conciencia nos lleva a un segundo paso que es la decisión, la responsabilidad y la toma de acción que nos lleva a desprendernos de lo insano, de lo que nos sobra, de los que nos evita avanzar con armonía. Una acción de desapego que «aparta» nuestro mal de nuestro camino.

La importancia de la poda para sanear

Cortar por lo sano, es eso, valorar lo bueno en nosotros y darle la fuerza suficiente para brotar de nuevo, para respirar y no hay otra opción que cortar lo malo. El pelo se sanea cuando se corta. Una situación se sanea cuando se limpian los tapujos y enredos que la enturbian. Un cuerpo se sanea evitando los excesos desequilibrantes. Aligerar, limpia, minimizar. En este caso, siempre, menos es más. La esencia es simple, hay que recordarlo. Y de vez en cuando hay que hacer el ejercicio de pararnos y reflexionar sobre esto. Y más cuando tenemos evidencias de estar enfermos, perdidos, nerviosos, confundidos.

Es el ciclo del otoño, de madurez, de reflexión, toma de decisión y sabiduría en acción. Aunque a priori pueda parecer que nos duele desprendernos de lo «malo», de nuestras cosas más materiales que yo aportan nada, nuestros hábitos dañinos, nuestros relaciones tóxicas, nuestra rutina que nos ahoga,… en cuanto cortamos por lo sano, rebrotamos con nueva energía, revitalizamos la esencia.

Es el significado de la poda. La poda requiere reflexión, conocerse, desapegarse, creer en uno, es respirar, oxigenarse, eliminar lo malo, lo viejo, lo podrido, lo enfermo, aligerar la carga, las ramas enmarañadas para así renacer en savia nueva y en la dirección correcta, expandirse. Es la única manera de retomar el equilibrio.

El saneamiento es una limpieza del alma, de su envoltorio, que nos va a proporcionar visión, fuerza, armonía y también salud y claridad mental.

No perdamos la oportunidad, especialmente en la época de año del otoño, de sanear nuestra vida para sanar nuestra vida. Observa la naturaleza, su ciclicidad, como los árboles se desprenden de sus hojas. Haz el ejercicio de podar un árbol, una planta, y observa que sucede.

La poda no ha de ser indiscriminada, sino con sentido, con reflexión, con conciencia de lo que se hace.

Cortar por lo sano, es esencial. No puedes hacer poda indiscriminada. Es importante que tomes conciencia de lo bueno de ti, que es lo que tienes que mantener y potenciar.

Lo que a priori podría considerarse como una herida producida por la poda, en no demasiado tiempo ramificará con energía renovada y dará nuevos frutos. Así, en tu vida, poda todo aquello que está viciado en ti, lo que está anquilosado, lo que ya solo te ralentiza y no te da fruto. Reconoce aquello que tiene ganas de fluir y concentra tu energía, tu foco en eso solo, sin divagar, sin perderte por las ramas. Deja que lo sano que hay en ti florezca y te devuelva el equilibrio y te sane a ti en esencia.

Piensa en aquellos factores en tu vida que necesitas sanear, que están desequilibrados:¿Es tu salud?¿Son tus finanzas?¿Es tu entorno, tu casa?¿Son tus relaciones?

Limpia, corta, ayuna, di adiós, y hazlo sin remordimientos sino con la alegría del renacer cíclico.

Magnifica el otoño en ti para que así puedas tener un mañana fructífero y pleno.

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