El uso de las palabras es muy importante. Cada palabra incorpora un concepto, un significado y por ende, marca de alguna manera nuestra intención. ¡Y la intención es el ingrediente secreto!
Últimamente se ha puesto muy de moda la búsqueda de la «Abundancia». Se ofrecen por doquier métodos, decretos, prácticas para atraer abundancia a tu vida.
Pero…¿Realmente necesitamos tener Abundancia? o ¿quizás lo que necesitamos realmente es la Prosperidad?
Hablamos de dos conceptos con enfoques diferentes.
La prosperidad está más relacionada con el avance, con el desarrollo, con el conseguir el propósito de realización. La prosperidad consigue dar frutos en las vidas, en los proyectos, pero aún así va más ligada al equilibrio y a la consecución y no tanto a la «cantidad». Con conseguir dar un fruto, ya sería próspero si se ha conseguido el objetivo. El avance en si ya es prosperidad, enfoque positivo ya en el camino.
La prosperidad va ligada también a la plenitud que conlleva la felicidad intrínseca del propio desarrollo del proceso. Soy próspero, soy más yo pleno, más cercano a la mejor versión de mi yo.
El concepto de abundancia, va más ligado al número, al desborde, al derroche, al «hay más de lo que se necesita», no falta de nada pero también sobra de todo, por lo que no está ligado al equilibrio.
Con la prosperidad se descubre y se consigue lo que se necesita. Con la abundancia se produce más y puede romper el equilibrio y por tanto conllevar a inestabilidad.
Otro tema es que para ti, encuentres abundancia de alguna cosa en otro lugar, en los demás,… Igualmente, para otros, tu puedes ser abundante en algunos aspectos, por ejemplo riqueza, sabiduría,… Pero lo importante es que para ti mismo seas lo suficiente y necesario para quien quieres Ser.
Por ejemplo, en un rio hay abundante agua. Pero…para saciar su sed ¿necesitas tener todo el río o solo necesitas beber el agua suficiente?
La búsqueda de la abundancia te hará que quieras poseer el rio para ti y por miedo a perderlo, lucharás por mantenerlo. La prosperidad hará que cojas lo suficiente para ti y dejarás que el agua del rio siga su curso para los demás.
La Vida es Abundante. Hay para todos.
En este sentido, la vida es abundante.
No te obsesiones con generar abundancia, atraer la abundancia hacia a ti. Nos hacen crecer con el miedo en el cuerpo, en el alma, al no tener. Nos hacen creer que hay poco, que somos demasiados y por ello nos siembran la semilla de la posesión y por ende del egoísmo. Por eso nos atrae tanto tener esa abundancia, para nosotros, para saciar ese miedo a la carencia y para egoístamente quedarnos en paz y con las espaldas y la barriga bien cubierta, la nevera llena, la cuenta con dinero para…¿qué? malgastar, derrochar porque todo lo que sobra no es útil, no es necesario, por lo menos para nosotros.
Confía en la vida, en que ella busca el equilibrio mejor para ti, para tus congéneres, para el mundo y no contribuyas a parcelar la tierra, a dividir las riquezas en cofres cerrados a no compartir. Si todo fuéramos lo suficientemente SENTIDOS con la vida veríamos que nuestro mundo ideal sería aquel sin puertas, sin candados, en donde todos tuviéramos la responsabilidad de disfrutar y utilizar de aquello que nos es necesario en esa situación, en ese instante, con la conciencia de reponer, restaurar incluso mejorar y dejar a nuestro paso sembrado para el que venga detrás mío pueda disfrutar como uno mismo, la vida sería abundancia en cadena.
Cambiemos pues la actitud empezando por tomar conciencia de nuestro egoismo arraigado de la posesión (que priva al otro de lo mío) y sobre todo no nos dejemos arrastrar por las redes de la tiranía de poseer más y más, aquí nos privamos a nosotros mismos de la sensatez de la paz vivencial que tiene un enfoque más sencillo pero más maduro de la vida.
Me salgo de la carrera de la rata para entrar en el ciclo de la vida donde por supuesto hay fases, como todo ciclo, algunas de espera, de siembra, de trabajo y también de recolección. Y por lo tanto también tenemos que guardar lo suficiente para soportar esos ciclos, pero no más.
La vida es así, cíclica y abundante.
Pero nos enseñan a querer estar siempre en luna llena, en acumular lunas llenas para cuando no haya, sin darnos cuenta de que no necesitamos tantas lunas, de que es natural y sano pasar por la luna nueva, y no disfrutando en ninguna fase en la que estamos por el miedo al futuro, al mañana, al carecer, con lo cual estamos perdiendo lo que tenemos al dejar de valorarlo en su esencia. Mientras estas en el afán de estar en abundancia, y encima quieres acumular cada día lunas llenas, ni disfrutas de las fases (lo que tienes) y encima no te das cuenta lo importante que es la ciclicidad.
Y encima quiero que la luna sea solo mía, y no me doy cuenta que no es así, lo natural sería compartirla con todos y que todos nos nutriéramos de su energía, la energía de la luna en cada fase. No temas pues y confía en la vida.
Aleja el temor intrínseco que te mueve a querer tener, trabaja y avanza y disfruta de tus frutos, pues en eso consiste la vida.
Ten cuidado con las palabras que usas: ¿Buscarás Abundancia? o ¿Buscarás Prosperidad?
Puedes aprender más en nuestros talleres vivenciales, Webinarios, cursos on-line y/o en nuestros libros "El PODER del SENTIR en tu día a día", "El Viaje Chamánico, un pasadizo a tu SENTIR (Mundo Interior)"
0 comentarios
Trackbacks/Pingbacks