Hemos hablado en anteriores ocasiones sobre la conciencia y lo que significa ser consciente. Es esencial también comprender que ser consciente conlleva unas implicaciones puesto que a medida que vamos adquiriendo conocimiento y autoconocimiento nos enfrentamos al poderoso dilema de la elección. Ya no avanzamos en automático o si lo continuamos haciendo va a ser todavía más doloroso para nosotros el hecho de no tomar elección,  de no tomar acción si nuestro Sentir lo dicta.

Si ahondamos en el tema nos damos cuenta que en realidad solo cuando somos conscientes y asumimos nuestra responsabilidad en tanto que evaluamos y decidimos nuestras acciones conscientes de que somos agentes y determinamos las consecuencias de nuestro paso por la vida, empezamos a saborear el valor de la Libertad.

Es decir, contrariamente a lo que pudiera parecer a priori, que las responsabilidades nos atan, nos atrapan, nos ralentizan, la responsabilidad consciente da alas a nuestra vida. Ese sentir nos da un poder que no tiene precio.

Somos la semilla que al fin germina. Asumimos nuestro rol y avanzamos imparables, con confianza en nuestra experiencia vital.Por fin somos nosotros mismos, nuestra luz esencial en acción y asumimos la responsabilidad, la escogemos del libre albedrío para co-crear nuestro propósito en este mundo.

Es muy importante integrar esto: que la responsabilidad consciente va asociada a la Libertad.

Detectamos patrones, desvelamos la verdad de nuestra realidad, nos encontramos frente a frente con quienes somos, nos quitamos las mochilas que cargamos obediente e inconscientemente que no son nuestra responsabilidad y nos responsabilizamos de nuestros actos acorde al Sentir, acorde a la Verdad que por fin nos ilumina.

La responsabilidad no puede imponerse.

Una responsabilidad impuesta, es una falsa responsabilidad. Cuando yo no elijo, simplemente soy un esclavo que acarrea una serie de paradigmas, creencias que no me ayudan a mi ni al mundo, no es sano, porque me muevo ‘porque toca’, porque es lo que se espera de mi, sin alma.

La verdadera elección responsable se da cuando entiendo, apruebo, confío, y amo lo que elijo.

Del mismo modo, cuando me apalanco, me cierro a no querer ver la verdad, a no querer cambiar, a achacar todo lo que sucede a ‘la vida’, ‘a los otros’, ‘las cosas son así’, cuando no quiero tomar las riendas de mi paso por esta vida, cuando no dejo que se esparza mi esencia, que se desarrolle mi semilla, cuando me niego a aportar al mundo, no dejo de ser responsable de lo que en realidad está acaeciendo.

Mi ignorancia es responsable catastrófica directa del devenir de todo.

La responsabilidad consciente suma y multiplica. Es un un agente generador plasmado de esencia y sentido.
La responsabilidad ignorante resta y divide. Es un agente destructivo.
La una fertiliza el mundo la otra lo aniquila.

No te escudes como tantas veces en que no tienes el poder, en que nada puedes hacer, basta de echar las culpas afuera de lo que te pasa, de lo que pasa en nuestra sociedad, se acabó el echar ‘pelotas afuera’ (eludir responsabilidades).

Abre los ojos. Abre tu mente. Abre tu corazón. Siente tu Sentir e iníciate en la etapa de creación responsable de tu Vivir. Madura.

Nada da más plenitud que tener la conciencia de realizarte, de sentir tu esencia transformadora de encontrar el rumbo a pesar de cualquier circunstancia.

Es reconocer que tu tienes algo que decir. Es hablar con la vida.

La responsabilidad es tu capacidad de respuesta, una respuesta consciente. Eso es un dialogo con el mundo.

Nada hay peor, más incluso que la ignorancia que droga el día a día de muchos que se quedan con el ‘pan y circo’ irreal sin descubrir la verdadera naturaleza de la existencia, que quedarte en el banquillo por ‘el que dirán’, por el miedo a fallar, a equivocarte o por no querer asumir tu responsabilidad cuando empiezas a comprender que con tu aportación activa el resultado de este partido podría sin duda cambiar.

Libertad, confianza, responsabilidad son atributos del Ser que vive consciente.
El miedo, la imposición, la deshumanización, por contra, van ligados al sinvivir.

Si realmente buscas desarrollar tu espíritu, encontrar el sentido, recuerda:

no todo vale,
aléjate de la desidia,
no apagues tu Sentir,
no aceptes la injusticia,
no vivas en incoherencia,
siembra la Verdad
y hazte co-responsable consciente para modelar el mundo e impregnarlo de la fuerza vital que genera armonía.

No consientas tácitamente, no te conformes con ser un seguidor del caos.

Tu luz es necesaria. La luz de la conciencia, del conocimiento que por fin te hará coger la verdadera antorcha de la Libertad.