La energía de la DICHA es una energía pura, es transformadora, es armonizadora y trae paz y sosiego así como luz. Saca brillo y pule almas. Es guía, recupera el SENTIR y es reconexión del SER.
En el sistema actual, si observamos un poco, muchas personas buscan fórmulas mágicas que solventen sus problemas, el remedio exterior instantáneo que evite afrontar sus problemas.
¿La canalización de la DICHA es una fórmula mágica?¿Con recibirla, basta?
«No. La persona debe ser responsable. Tomar el compromiso de decidir quien quiere ser y actuar en consecuencia, en su día a día, tomando el mando de su propio devenir.
Es un compromiso consigo mismo y con la vida misma.
La DICHA ilumina el camino y ayuda a despejar los miedos de emprender el viaje, enciende el fuego interior que llama a la acción, genera el impulso, ayuda a activar la brújula interior, pero el trayecto lo realiza la propia persona, con gozo, con plenitud.
La canalización de la DICHA puede acompañar, reconstituir, volver a impulsar, facilitar el fluir como lo hace una posada en el camino de un viajero, pero la persona debe saber que su aventura no está exenta de esfuerzo y disciplina.
El esfuerzo no implica sufrimiento sino el gozo de superar las dificultades y la disciplina no implica falta de libertad sino empuje constante hacia el objetivo que con dicha se deviene en un fluir.
No obstante, la propia persona, cuando esté sintonizada completamente con la agenda de su alma, encontrará sin darse cuenta su propia fuente de DICHA.»
ALURA: La magia de la vida está en la Alegría del Corazón.
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